domingo, 21 de marzo de 2010

J11393

En un vaivén ojeo toda la sumisa parábola que explota de mis ojos furtivos, surcados en fuego, empujando una sola palabra que rebota en otro cuerpo más hermético, sin uñas. Algo parecido a ti está en quiebra, y no se te distancia; condenando la zona que elegiste o compraste con un rayo de luz desgastado, tímido y labrador, como el futuro rubio y petulante que se nos cae encima, sólo dejando incertidumbre y flaqueza. Por suerte me apoltrono en una melodía que quebranta el ámbar de mi beso, y vuelvo a ser una flecha, rústica y cavernícola, aleatoria a tu narcótica tristeza. Repatriado en víspera de un eclipse imaginario, bebo el azul que me llena y se acumula en tu recuerdo de naturaleza ardiente y pasionada, la misma que te animó a conocerme, sin dejar por ello de ser un juguete inflamado al borde de tus ojos de gacela ladrada... estoy aquí, pero estoy en rojo... Luna de miel deshidratada, una caracola sin caracol...

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